1 abr 2010

FAHRENHEIT 451

Con esta entrada doy por inaugurada la sección: "Los años pasan... las buenas películas quedan".


Fahrenheit 451: En 1966 François Truffaut dirige esta película de ciencia ficción basada en la novela del mismo nombre que escribió Ray Bradbury en 1953.

El trailer:

Recuerdo que con Fahrenheit 451 hice mi primera incursión en la obra de Ray Bradbury. El libro me gustó tanto que cuando lo terminé, a la semana siguiente ya estaba leyéndolo de nuevo, y al mes ya tenía en mi biblioteca: Crónicas marcianas, Las doradas manzanas del sol y El hombre ilustrado... creo que eso ya dice todo lo que este escritor me significa.

La simple idea de que el cuerpo de bomberos en vez de apagar incendios salga a buscar y quemar libros me parece de un nivel de retorcimiento que espero nunca veamos en nuestras vidas.




Me vienen a la memoria otras novelas y/o películas como:

1984: Una novela de George Orwell publicada en 1949 que tuvo dos adaptaciones cinematográficas en 1956 y 1984. En la misma el personaje principal trabaja en el Ministerio de la verdad y se ocupa de reescribir la historia a gusto del régimen totalitario que gobierna.

Un mundo feliz: Una novela de 1932 escrita por el británico Aldous Huxley en la cual la humanidad es saludable y tecnológicamente avanzada. La guerra y la pobreza ya no existen, y todos son permanentemente felices. ¿Pero cómo lo lograron?... eliminando muchas otras: La familia, la diversidad cultural, el arte, la ciencia, la literatura, la religión y la filosofía.

Alphaville, un mundo alucinante: Dirigida por Jean-Luc Godard, nos muestra una sociedad totalitaria donde es obligatorio sacrificar la libertad y los sentimientos para conseguir la felicidad y el bien común. Un detalle: A los diccionarios se los llama biblias y se prohíben palabras como por qué, amor o llorar.


Volviendo a Ray Bradbury, hay que decir que representa junto a otros autores como Philip K. Dick y Ursula K. Le Guin la denominada ciencia ficción blanda, que no es científica a rajatablas ni tampoco hace hincapié en los detalles técnicos, por el contrario se mete con las ciencias sociales, la humanidad y la filosofía. Y es por eso que en la mayoría de los casos estas novelas tienen una calidad literaria superior y alcanzan un nivel más elevado en cuanto a la imaginación.


El tema que trata la novela/película se puede relacionar directamente con la critica a la censura de libros en Estados Unidos, como resultado del Macarthismo, y también con la quema de libros en la Alemania Nazi en 1933.

Para mí, como argentino, tiene un valor similar al traer a mi memoria los hechos ocurridos entre 1976 y 1983 durante la dictadura cívico-militar que además del horror de los muertos, desaparecidos, torturados y secuestrados, sumó un tremendo daño cultural al ordenar quemar y quitar de circulación millones y millones de libros a lo largo y ancho del país, con el objetivo de no dejar que el pueblo piense.

La secuencia final tiene una fuerza interior tan esperanzadora que termina subiendo aún más mi valoración de esta película, porque podrán despojarnos de todo lo material pero hay algo que todavía no nos pueden quitar... el pensamiento y la memoria.

Lo que se viene: Como ya comenté en algunas notas anteriores las remakes no son de mi agrado, pero si la persona detrás del proyecto es Frank Darabont... el resultado podría ser muy interesante. Si todo va bien, el estreno sería en 2012.


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